martes, 11 de febrero de 2014

Same same but diferent*

El reencuentro con India me confirmaba que esta vez la experiencia iba a ser bien diferente a la anterior, muy positiva, con mucha apertura, más calma y más confianza. Lo que me ayudaba a poder disfrutarlo mucho más desde el principio. Ya no hizo falta estar a la defensiva. Pude incluso reírme con los comerciantes que me paraban para ofrecerme algo por la calle. Eso, aunque no lo creáis, ya cambiaba mucho la película.

Volver a estar en Pushkar, el pueblecito donde voy a hacer las compras, fue muy agradable. Conocí a mucha gente que también estaba de "bussiness", cómo dicen aquí, y resultaba enriquecedor compartir experiencias y opiniones y, como no, sentirse acompañado.

Tuve la suerte de nuevo de coincidir con el "kite festival" (el festival de las cometas), en el que todos participan desde las azoteas de las casas volando unas cometas muy sencillas pero que hacen subir hasta el infinito. La gracia esta en cruzarse con el hilo de otras y cortárselo. El cielo se llenaba de rombos de papel moviéndose frenéticamente, acompañados de música a todo gas que provenía de algún vecino zumbón.
Esta vez no quise perder la oportunidad de participar. "¿Por qué sólo mirar? Tenía que ser muy divertido". Y acepte la invitación de Rakesh, el dueño de una de las fábricas de ropa, para disfrutar del día en su azotea y que pudiera enseñarme a volar la cometa.
Fue un día muy divertido, acompañado por un post de amigas compañeras de compras, más clientes de la fábrica y la familia de Rakesh. Y para mayor sorpresa al día siguiente salía en los periódicos. El artículo decía algo así como que los extranjeros también nos uníamos a disfrutar del festival de las cometas.

Disfrute mucho de la estancia allí pero no paré de trabajar visitando fábricas y tiendas, organizando las cuentas y las compras para intentar coger todo lo que quería sin pasarme del presupuesto.

La visita de Joaquín me ayudó a desconectar un poco, no todo lo que hubiera querido, pero si para hacer una escapadita con una Enfield un día e irnos de ruta por los alrededores. Estuvo genial hacerlo juntos. Incluso se animó   a conducirla un rato. Y una vez superado el miedo manejó hasta una excavadora con unos obreros que nos encontramos por el camino haciendo una zanja, jejeje.
También disfrutamos un par de mañanas de ir a clases de Yoga y Pranayama (respiraciones) de la que nos hablo una amiga española; de un amanecer en el templo de lo alto de la montaña, para lo que tuvimos que salir a las 5 de la mañana; de conocer a un médico Ayurvedico y a su familia que producían artesanalmente una mermelada ayurvédica y con el que, días más tarde, fuí a pasar una consulta.
En fin, fueron pocos los días juntos pero muy chulos.

Una vez se fue mi hermano y termine los encargos en las fábricas, llegó el momento de conocer Thailandia. Me habían hablado muy bien del país y algunos amigos y amigas que ya habían estado me auguraban que me iba a gustar mucho.
Conseguí un vuelo que estaba bien de precio, unos 100 € solo ida, y tire para allá.

Aaahhh, se me olvidaba algo que también estaba haciendo que pudiera disfrutar más de este viaje. Y es que no sufrir de la tripa y de diarreas ayuda mucho, jejeje.

* "Same same but diferent", es una expresión que utilizan mucho los indios y de la que terminas encariñandote, para decir algo así como que es lo que tu estabas pensado pero no lo es, es otra cosa. Y se quedan tan panchos. Como también la de "everything is possible"

domingo, 9 de junio de 2013

Comienza la ruta

Holaaa de nuevo.
Así es. Ya ha comenzado la ruta 2014.
Este año el plan inicial de viaje es India, Thailandia y Nepal. Ya veremos si se cumple o si surge un viaje improvisado diferente. Una vez más, iré compartiendo las experiencias de la ruta a través de este blog que me sirve de cuaderno de viaje y de punto de unión con vosotr@s.

Me parece mentira estar volviendo de nuevo a India. Aún me recuerdo pensando en el anterior viaje "A mi que no me busquen aquí, que yo no vuelvo". Pero durante este tiempo me he dado cuenta de que este lugar te deja una semillita dentro, y no me refiero sólo a los parásitos intestinales, que va haciendo que te encariñes de él, que lo aprecies, al país y a su gente.

No me olvido de que no llegue a concluir el relato del anterior viaje y alguno de vosotros también me lo ha recordado ;-) .
Para poder concluirlo y dejaros las últimas experiencias y sensaciones que tuve deciros que el paso por Pokhara, en Nepal, fue muy reconfortante. Es un lugar precioso, perfecto para relajarse cerca del lago, con la vista de los picos de los Anapurna, marcarse un trekking o disfrutar de volar en Parapente con unas condiciones geniales. Y así lo hice, conocí a un par de chicos españoles que estaban trabajando allí haciendo vuelos biplaza y gracias a ellos pude alquilar un equipo y pegarme un pedazo de vuelo de 2 horas. Por eso también este año he decidido traerme mi equipo y pasarme allí una o dos semanas volando.

En resumen, en todo el viaje hubo momentos muy buenos, de conocer una forma de vida tan diferente, tan caótica y tan llena de energía, que contrastaban con otros más bien amargos en los que sufrí de la tripa y eche tanto de menos mi tierra y mi gente, que llegué a desear cortar el viaje y volverme.

Aquello me ayudó a darme cuenta de que soy feliz con la vida que tengo, que amo a mi familia y a mis amigos, mis costumbres. Que viajo por gusto y que no necesito buscar nada fuera. Que el viaje solo hace que abras tu mente y enseñarte el valor de las cosas importantes.

Con ese objetivo continuo el viaje y os agradezco vuestra compañía a lo largo de él.

Un abrazo enorme.